Por: Augusto Gabriel Arnone
El 25 de marzo de
1957, se firmaron en Roma dos tratados mediante los cuales se creó la Comunidad
Económica Europea (CEE) y la Comunidad de la Energía Atómica (EURATOM). Los firmantes
de este histórico acuerdo fueron Christian Pineau por Francia, Joseph Luns por
los Países Bajos, Paul Henri Spaak por Bélgica, Joseph Bech por Luxemburgo,
Antonio Segni por Italia y Konrad Adenauer por la República Federal de
Alemania. La ratificación del Tratado de Roma por los Parlamentos de "los
Seis" tuvo lugar en los meses siguientes y entró en vigencia el 1 de enero
de 1958.
¿Cuál es la
relevancia que tienen dichos tratados? Indudablemente, este documento - al
igual que el que dio origen a la Unión Europea - es uno de los grandes
baluartes históricos de las instituciones del continente que, más adelante,
daría lugar a la integración política, conformando lo que hoy conocemos como la
Unión Europea. De esta manera, el Tratado que instituyó la EURATOM es de mucha
menor trascendencia ya que solo trataba de crear "las condiciones de
desarrollo de una pujante industria nuclear".
Entre los objetivos más
importantes del acuerdo de Roma se encuentran: el establecimiento de un arancel externo común para las
mercancías importadas de terceros países; la libre circulación de mercancías (uno de los ejes básicos), capitales (núcleo clave de la Unión
Europea), servicios y personas. Asimismo,
busca armonizar la política social de todos los países-miembros, de
manera que un ciudadano tenga garantizados los mismos derechos en todos ellos. Por
otra parte, establece el sistema
monetario europeo, así como una uniformidad
fiscal, para evitar la formación de paraísos fiscales que concentren la
mayoría de los capitales. Finalmente, se fija para todos los países un mismo
impuesto sobre el consumo: el IVA (Impuesto al Valor Agregado).
Como es de público
conocimiento, dentro del Tratado de Roma se establecía un periodo de transición
(antes de la plena unión económica) fijado para el 31 de diciembre de 1969. La
política agrícola adoptada en aquel tiempo fue conocida como la Política
Agraria Común (PAC), la cual se orientó hacia un fuerte proteccionismo, es
decir, optó por establecer un sistema de precios comunes garantizados para
proteger la producción comunitaria contra las importaciones procedentes de
mercados con costos más bajos. De este modo, se esperaba asegurar el nivel de
vida de los agricultores comunitarios. Pero este costoso sistema, por el cual
los sectores industriales sufragaban de hecho una agricultura poco productiva,
fue tema de constante controversia desde entonces. Para poder dar solución al
problema del financiamiento se decidió crear el Fondo Europeo de Orientación y
Garantía Agrícola (FEOGA) el cual deja en evidencia que debe realizarse una
ineludible reforma a la PAC debido a las grandes sumas de dinero que esta
absorbe de dicho presupuesto.
El tratado de Roma
fue y es un punto clave en la integración del bloque europeo con sus diversas
nacionalidades ya que ante la imposibilidad de acceder inmediatamente a una
unión política debido a la coyuntura de la época (Guerra Fría), demostrado
previamente en el fracaso que tuvo la Comunidad Europea de Defensa (CED) la
cual no llego siquiera a ratificarse, representó una sólida estrategia económica
por parte de los denominados “funcionalistas”. Esto implica que los cambios que
se lograron fueron graduales y en determinados sectores económicos a fin de ir
paulatinamente creando organismos e instituciones supranacionales en la que los
Estados fueran cediendo sus competencias administrativas, económicas, y en la última
instancia, políticas. En este sentido, la CEE tendrá una serie de
instituciones: la Comisión, el Consejo, la Asamblea Europea (posteriormente el
Parlamento Europeo), el Tribunal de Justicia y el Comité Económico Social,
cuyas atribuciones se irán ampliando y matizando en los diversos acuerdos y
tratados que fueron modificando en los años posteriores el Tratado de
Roma. Así, una vez más, con este acontecimiento vemos reflejada la gran
influencia e importancia que poseen los factores económicos para poder
concretar procesos de cambios políticos de gran envergadura.