Durante
la llamada “Revolución Libertadora”, Pedro Eugenio Aramburu convocó a
elecciones para conformar el cuerpo de los constituyentes. Arturo Frondizi
lideró el sector de la Unión Cívica Radical Intransigente, el cual reivindicaba
el nacionalismo de Yrigoyen. Su opositor, Ricardo Balbín lideraba la Unión Cívica
Radical del Pueblo. Frondizi asumió la presidencia el 1 de mayo de 1958,
derrotando a Balbín con el 52,7% de los votos. El pacto Perón-Frondizi
garantizó el triunfo y obtuvieron mayoría en ambas cámaras del Congreso. El
entonces presidente, había prometido levantar la proscripción del peronismo si
triunfaba.
Sus
dos anhelos fueron el petróleo y la industria. Su gobierno se caracterizó por el
modelo desarrollista para fomentar la industria pesada, quería dar respuesta a
las nuevas realidades sociales, económicas y políticas que la cultura de la
industrialización sellaba. Pero para que este modelo funcionara adecuadamente,
se necesitaba la integración social de la clase trabajadora y de la burguesía
industrial. El proyecto no pretendía abandonar el modelo de sustitución de
importaciones, sino ampliarlo a la industria de base para integrar los procesos
productivos de insumo. Desde la perspectiva de Frondizi, el Estado debía ser un
sujeto activo para orientar la inversión extranjera y realizar las
correspondientes obras de infraestructura.
Desde
que comenzó su mandato, el presidente estuvo condicionado por el pacto que
había acordado con Perón, por las Fuerzas Armadas, que le impusieron sus
ministros de economía, por los reclamos de los sectores de izquierda, por el
sector agropecuario y por la resistencia de la Unión Industrial contra los
sindicatos.
La
huelga de la bancaria fue la más extensa en la historia del país, la cual duró 62
días. Lo más emblemático de su gobierno fue el Plan Conintes, el cual ponía a
los manifestantes bajo jurisdicción de tribunales militares y además prohibía
las huelgas. Este plan dividía el país en subzonas militares y otorgaba a las
Fuerzas Armadas más poder.
Con
el tiempo, las dificultades condujeron a que se intervinieron los sindicatos,
se clausuraran locales políticos opositores y se anularan las elecciones a
gobernador en Buenos Aires. Con la Ley de Amnistía, Frondizi permitió a los
líderes peronistas retomar las actividades sindicales pero no levantó la
proscripción.
En
1959, la revolución cubana sacudió América Latina, Frondizi se mantuvo a un
lado y decidió no sumarse al boicot contra Cuba y se opuso a la expulsión de
esta por parte de la OEA. En 1962, levantó la proscripción del partido
peronista pero terminó interviniendo las provincias donde ganó este.
Su
gobierno llegó a su fin en 1962. La presión militar lo obligó a renunciar y
asumió el poder su vice presidente, José María Guido, Frondizi fue detenido y
llevado a la Isla Martin García.
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