Tras
dos mandatos presidenciales continuos, la Constitución rusa le impedía a Vladimir
Putin continuar al frente del Kremlin. Un interregno de cuatro años debía ser
encabezado por otro personaje político para que el entonces mandatario pudiera
retomar las riendas de la federación. ¿El elegido para sucederlo? Dimitri
Medvedev.
El candidato por el partido Rusia
Unida puso las cartas sobre la mesa y defendió lo que se convertiría en la
única directriz que guiaría su gobierno: la fidelidad a su antecesor. "Podemos preservar la senda marcada por
Vladimir Putin y tenemos todas las oportunidades para hacerlo", había
afirmado Medvedev apenas dos horas tras el cierre de las urnas. No cabían dudas
de que el poder real del Estado seguiría en manos de Putin, quien se
convertiría en su primer ministro. Con más del 70%, de los votos, Medvedev se
convirtió en el tercer mandatario de la Federación Rusa y asumió la presidencia
el 5 de julio de 2008, en medio de denuncias por irregularidades en los
comicios y de masivas protestas por parte de la oposición. Mientras dejaba
momentáneamente el Kremlin, Putin se convertía en la cabeza de Rusia Unida, luego
de ser elegido durante el congreso celebrado en abril de ese año.
Medvedev llegó a Moscú cuando fue
nombrado jefe adjunto del Gabinete de Ministros de la Presidencia, al mismo
tiempo que Putin ocupaba su cargo como primer ministro, en agosto de 1999. Los
medios de comunicación ya habían puesto los ojos en esa dupla a la que llamaron
“equipo de Peter” (diminutivo de San Petersburgo). Putin deposita su segundo
voto de confianza en Medvedev cuando lo coloca al frente de su campaña
electoral para las elecciones presidenciales extraordinarias convocadas por la
dimisión de Boris Yeltsin. Tras el triunfo, asume en octubre de 2003 la
jefatura del Gabinete de la Presidencia y, más adelante, del directorio de
Gazprom conocido como el “gigante ruso del gas”, empresa líder mundial en la
extracción de gas natural y la mayor compañía del país. Dos años después, el
reelecto mandatario lo designa viceprimer ministro primero del Gobierno ruso y
Medvedev resuena como uno de los posibles candidatos en suceder a Putin en el
Kremlin. junto el entonces ministro de Defensa Serguei Ivanov, quien también fue
ascendido a viceprimer ministro. Algunos sondeos señalaban a Medvedev como el
gran favorito a suceder a Putin, mientras que otros ubicaban a Ivanov con mayor
ventaja en las urnas.
A
fines de 2007, el entonces presidente había declarado: “en lo que concierne a la candidatura de Dimitri Medvedev, puedo decir
que lo conozco personalmente desde hace más de diecisiete años y apoyo su
candidatura sin ninguna reserva”.
En el primer discurso de Medvedev
ante la Asamblea Federal, manifestó su intención de reformar la Constitución
rusa para extender la duración del mandato presidencial y parlamentario de
cuatro a seis años y de cuatro a cinco años respectivamente. Su gobierno estuvo
marcado por distintos problemas: el conflicto en Osetia del Sur, que finalizó
con el reconocimiento de su independencia y de la república de Abjasia como
estados soberanos; la crisis financiera de 2008 que, según un informe del Banco
Mundial, fue bastante más leve de lo previsto; el foro entre Rusia y la OTAN, a
fines de 2010, en el que las partes concretaron la cooperación en la creación
de un sistema de defensa antimisiles conjunto; la reforma militar y la nueva
doctrina rusa sobre las armas nucleares; y el Tratado de Reducción de Armas
Estratégicas firmado entre la Casa Blanca y el Kremlin, que reemplazó al START
I, expirado en diciembre de 2009.
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