Por: María Sofía Zelaya.
El 2 de abril de 1982, la
Argentina invadió las Islas Malvinas, lo cual dio inicio a la guerra con Gran
Bretaña. En la madrugada de ese día, cinco mil efectivos del ejército argentino
- bajo el mando del general Mario Benjamín Menéndez - desembarcaron en puerto
Stanley, al que rebautizaron como puerto Argentino. Los cuarenta y nueve
marines ingleses que conformaban la guarnición encargada de la vigilancia del
archipiélago fueron capturados y trasladados a Montevideo junto con el
gobernador de las islas, Rex Hunt.
El 24 de marzo de 1976,
una junta militar formada por los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas de
Argentina, habían dado un golpe cívico-militar. Así fue como el general Jorge
Rafael Videla, el almirante Emilio Eduardo Massera y el brigadier Orlando Ramón
Agosti se hicieron del poder político y económico en el autodenominado “Proceso
de Reorganización Nacional”. El mismo fue enmarcado en el Plan Cóndor y la
Doctrina de Seguridad Nacional.
Durante los primeros
años de la dictadura, el eje central de las decisiones era destruir a los
grupos armados revolucionarios que amenazaban con tomar el poder. Sin embargo,
con el paso del tiempo, la situación era cada vez más complicada. Por las
decisiones tomadas por la Junta en materia económica, el país quedo sumergido
en una de sus mayores crisis: inflación, devaluación y el incremento del
déficit fiscal. A pesar de los intentos de los gobernantes por paliar la
situación, nada parecía funcionar. Otro de los graves problemas que enfrentaba
este gobierno fue la violación de los DDHH; específicamente, en lo referido a
la represión contra las organizaciones armadas; una cuestión que no sólo fue
repudiada por la población del país, sino también por la opinión pública
internacional.
Después de Videla,
gobernó Viola hasta 1981, quien dejó el cargo en manos de Leopoldo Fortunato
Galtieri. El nuevo presidente decidió poner en marcha un plan que se venía
gestando desde 1977: la recuperación de las Islas Malvinas.
Existe una importante
polémica acerca de cuáles fueron las razones que impulsaron a Galtieri a
concretar este proyecto. Muchos especialistas sostienen que fue producto de una
improvisación circunstancial, mientras que otros piensan que fue una forma de
ganar prestigio y credibilidad ante una sociedad que ya estaba en contra de la
continuidad del gobierno militar. Como
fuere, el 2 de abril de 1982, las tropas argentinas desembarcaron en puerto
Stanley, redujeron a los marines británicos y los trasladaron a Montevideo. El Reino
Unido, que en ese año atravesaba una crisis política, logró que el Consejo de Seguridad
de la ONU declarara a Argentina como “país agresor”, lo cual favoreció la
posición de Gran Bretaña. La guerra se prolongó hasta el 14 de Junio,
día en el que Argentina se rindió. Este combate dejo un saldo de más de 600
argentinos muertos, miles de heridos y un número considerable de desaparecidos.
Con la derrota de las
tropas argentinas el gobierno cívico-militar se desmoronó. En 1983, el Gral.
Bignone le entregó la banda presidencial al candidato electo, Raúl Alfonsín.
Argentina retornaba al sistema democrático. Sin embargo, las heridas de esa
guerra aún no han terminado de cerrar y las Malvinas continúan en manos de Gran
Bretaña.
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