En 1947, se independizó el territorio que, durante siglos, fuera
la joya del Imperio Británico. Este hecho se encuadra en el contexto histórico
del proceso de descolonización de Asia y África, tras la finalización de la
Segunda Guerra Mundial; un proceso que fue, indudablemente, uno de los mayores
fenómenos del siglo XX y que supuso la finalización de la hegemonía europea en
el mundo.
Contrariamente a la mayoría de las independencias coloniales,
el caso del subcontinente indio se llevó a cabo mediante una vía no-violenta,
sustentada en los principios de resistencia pacífica y desobediencia civil
implementados por el abogado y luchador por la libertad Mohandas Karamchand Gandhi, llamado mahatma (alma grande).
Desde los tiempos de la Primera Guerra Mundial, el líder y
sus adeptos llevaron a cabo una serie de acciones que en un principio fueron
respondidas con una represión que no hizo más que desacreditar internacionalmente
a Londres y sumar adhesiones al movimiento. Por otra parte, además de debilitar
la posición británica, los boicots y los movimientos en masa fortalecieron la
identidad nacional india, condición endógena indispensable para el sueño de la
independencia. De este modo, en la década de 1930, el territorio fue dotado, gradualmente,
de un importante nivel de autonomía hasta que, la Segunda Guerra Mundial, aceleró
el proceso independista. En 1942, se llevó
a cabo el movimiento “Abandonen la India”,
que fue una de las acciones más organizadas y definitivas para lograr el
objetivo final. Con un Reino Unido muy desgastado por la guerra, los acontecimientos se precipitaron y el
gobierno laborista de Clement Attlee,
considerando como inevitable la independencia, anunció su decisión de realizar
un traspaso del poder antes de junio de 1948.
Sin embargo, en contra de las esperanzas del propio Gandhi,
la tan anhelada libertad se realizó al precio de la división del subcontinente
debido a la gran conflictividad religiosa entre las poblaciones que lo
habitaban. Esta situación, hizo que Lord
Mountbatten, último virrey de la India, elaborara un plan de partición, a
partir del cual se crearon dos entidades políticas completamente diferenciadas:
la Unión India, país de mayoría hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana. Finalmente,
el 15 de agosto de 1947 el documento por el que se proclamaba la independencia
fue entregado al primer ministro indio Jawaharlal
Nehru. La división se hizo efectiva y los nuevos Estados pasaron a formar
parte de la Commonwealth británica.
A partir de entonces, el gran problema entre ellos fue la
integración de las minorías religiosas en los territorios y la cuestión en
torno a la región de Cachemira. Es por ello que las relaciones entre ambos
países han estado marcadas por actos de violencia y una tensión que perdura
hasta la actualidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario