miércoles, 5 de julio de 2017

A 210 años de la Segunda Invasión Inglesa de 1807

Por: María Sofía Zelaya 


El llamado proceso de descubrimiento y posterior conquista del actual territorio de la República Argentina comenzó en el siglo XVI. Desde entonces fuimos gobernados por hombres designados por los altos mandos españoles que residían en América y que contaban con la aprobación de la Corona Española, dicha institución había bautizado esta región como el Virreinato del Rio de la Plata. Este proceso estuvo caracterizado sobre todo por la resistencia de los pueblos originarios a ser despojados de sus costumbres y ser obligados a evangelizarse. El mayor interés de España era la comercialización en términos de subordinación con sus colonias, y el territorio argentino no fue la excepción.

A comienzos del siglo XIX el Reino Unido se encontraba en plena Revolución Industrial, lo que la convertía en la economía más productiva de toda Europa, posicionándose en el mercado como exportadora de productos manufacturados. Paralelamente, Napoleón Bonaparte comenzó un proceso de expansión para transformar a Francia en un Imperio. Dentro de los hitos más importantes encontramos que: en 1786 se firma el Tratado de Versalles que puso fin a la dependencia norteamericana respecto a los ingleses, dicho proceso fue fielmente apoyado por Francia y España. Para 1806 Napoleón ya había conquistado gran parte del territorio europeo y formo alianzas con otros tantos. Para garantizar la absoluta fidelidad con el Imperio Francés, Bonaparte da aviso del Decreto de Berlín. En dicho documento, Napoleón prohibía a los países conquistados y a sus aliados establecer relaciones económicas con el Reino Unido, territorio que todavía no podía penetrar. Frente a esta disposición, los ingleses se vieron obligados a tomar medidas para salvaguardar su economía, es por esto que el parlamento junto con el primer ministro y el rey decidieron que sus puntos de contacto iban a ser: las colonias. Los motivos que impulsaron a Inglaterra a invadir el Virreinato del Rio de la Plata ya estaban claros: el bloqueo económico sufrido por Bonaparte y las intromisiones de Francia y España en Norteamérica apoyando su independencia. El fin era despojar a España de sus colonias en el sur de América, región rica en recursos y riquezas. A fines del siglo XVIII William Pitt asume como Primer Ministro del partido de los Toris. Pitt estaba especialmente interesado en la ocupación de las colonias en América del sur.

Es así como llegamos a definir las invasiones inglesas como una serie de expediciones militares por parte de la corona británica que atacaron el virreinato del Rio de la Plata a principios del siglo XIX. Dichas invasiones fueron dos. La primera en 1806, en la cual el Reino Unido ocupo el territorio actual de la ciudad de Buenos Aires para ser vencido 45 días después por milicias provenientes de Montevideo junto con tropas populares criollas, proceso al que en Argentina conocemos como: La Reconquista. La segunda fue en 1807, en donde las milicias inglesas fueron automáticamente rechazadas cuando intentaron tomar Buenos Aires, victoria que vino de la mano de tropas regulares y milicias urbanas por el Virreinato del Rio de la Plata, proceso que en Argentina conocemos como: la Defensa.

Los británicos llegaron a el actual territorio de la provincia de Buenos Aires buscando recursos y riquezas que ayudaran a cubrir su falta de materia prima y así poder sustentar las necesidades básicas que le generaban su rápido crecimiento industrial y la guerra que mantenía con Francia, creyendo que los habitantes del Rio de la Plata iban a ser fáciles de vencer. Pero se encontraron con otro panorama, los criollos a falta de la protección de la Corona Española armaron sus propias milicias y derrotaron a las tropas inglesas en vía de sus ansias de independencia. Las Invasiones Inglesas fueron tomadas como un motivo más para tomar la decisión de emanciparnos de la corona española.

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